La Rocca Chianti - Historia del territorio

La Rocca - Historia del territorio

Tavarnelle

foto 1 La aldea de Tavarnelle aparece, por primera vez, en un papel del 780, en que es recordada con el nombre de "Tabernulae". En realidad, sus antiguos origenes están atestados por los numerosos hallazgos romanos porvenidos en las cercanias de la iglesia de S. Pietro in Bossolo. Delante de esta iglesia en estílo románico se encuentran los restos de un baptisterio paleocristiano del siglo cuarto. En el interior de la iglesia podemos admirar una Virgen con Niño de matriz bizantina y otra Virgen con el Niño de Rossello de Jacopo Franchi y un tabernáculo del Quinientos. El pueblo de Tavarnelle nació de la unión entre tres aldeas rurales medievales: Tavarnelle y Borghetto, situados largo el enlace entre carreteras que ponía Florencia en comunicación con la vía Francígena en Val d'Elsa y Mocale, puesto largo un recorrido que desde la carretera Romana llevaba a los castillos de Pogni y Marcialla y a la vía Volterrana. De las construcciones medievales no se queda huella evidente por causa de los frecuentes saqueos que la aldea sufría faltando de estables estructuras defensivas. La importancia de Tavarnelle está confirmada por la construcción, por parte de los Franciscanos, del convento del Borghetto, en la primera mitad del siglo XIII. La Aldea poseía un hospicio cerca del convento, algunas posadas para la parada y constituía la segunda parada de los correos gobernativos del Granducato. Sobre la actual vía Roma existen aún edificios con considerables fachadas del Setecientos y del Ochocientos y una construcción hace un tiempo destinada a posada, con patio interior sobre que se abren galerías y una amplia plaza con las escuderías.
En los alrededores de Tavarnelle sugestiva es la visita de Marrocco con la iglesia de S. Maria, construcción del Cuatrocientos muy modificada, que guarda una Anunciación de Andrea della Robbia, fragmentos de frescos del Quatrocientos, un busto del fundador de la iglesia (Niccoló di Giovanni Sernigi) atribuído a Luca della Robbia y una Virgen con el Niño del Doscientos, además que otras obras de Neri di Bicci y de una Virgen en trono de Domenico Ghirlandaio.


Baberino Val d'Elsa

foto 2 El territorio históricamente perteneciente al Castillo de Barberino Val d'Elsa, no obstante privado en tiempos recientes, de la parte que fue a constituir el territorio comunal de Tavarnelle Val di Pesa, sigue aún siendo uno de los más significativos ejemplos del "hermoso paisaje" toscano. De ese paisaje altamente humanizado que puede ser considerado al mismo tiempo el fruto y el punto de unión de los dos mundos de la ciudad y del campo. En otras palabras el paisaje de la aparcería, que Fernand Braudel definió "el campo más conmovedor que exista", y que Henri Desplanques asimiló a una obra de arte, expresión de un pueblo refinado.
En efecto, situado en el centro de la Toscana, el territorio de Barberino, muestra todos los ingredientes de tal paisaje: los castillos, las iglesias, las casas sueltas y las villas, la geometría de los campos en un ambiente cuyas dulces colinas parecen pintadas. Sin embargo más de lo que el ojo humano puede ver, la misma tierra esconde y restituye verdaderos tesoros, a testimonio de una fuerte presencia humana hasta hace la antiguedad. A caracterizar el territorio barberinese no figuran sólo los hallazgos del pasado, sean ellos objetos o arquitecturas, sin embargo también los caracteres cualitativos que toman siempre el papel de puntos de referencia para los varios géneros. Como por ejemplo en el caso de la Iglesia de Sant'Appiano, verdadera muestra del estílo románico, o en ése de la capilla de San Michele, notable en la reproducción de la cúpula brunelleschiana a testimoniar el recuerdo de la efímera como desafortunada "ciudad" de Semifonte, destruída en la primavera del 1202, al fin de una guerra veinteñal contra Florencia, sobre cuyas cenizas nació el centro habitado de Barberino. Se trata de un patrimonio cultural no concentrado sino distribuído sobre todo el territorio, tan que lo caracteriza todo.


San Donato in Poggio

foto 3 El antiguo e importante trazado de carretera que unía Florencia a Siena y que tenía notable importancia en el Medioevo, pasaba también por el Val d'Elsa. Después de San Casciano, este importante enlace entre Florencia y la vía Francígena se bifurcaba, dando en ese modo origen a dos recorridos, que sin embargo llegaban igualmente a Siena (ambos eran por eso denominados "vía romana").
Sobre la carretera que se desanudaba sobre la cresta de las colinas que dividían el Val di Pesa del Val d'Elsa, era el castillo de San Donato "De Pocis" que, propio por su encontrarse largo la importante arteria, se convirtió, después de Barberino, en el principal centro habitado de la "Lega de Barberino Valdelsa", tanto que en los siglos XIII y XIV encabezó uno de los Terzieri en que esta última vino subdividida. San Donato ha guardado hoy la típica estructura urbana de la medieval "Tierra murada": o sea, es un asentamiento de altura, rodeado por muras del Quinientos intervaladas por torres, con un tejido urbano bastante homogéneo, cortado por un eje de carretera principal que enlaza las dos puertas de acceso. En el interior, además de una alta torre que tenía que desarrollar funciones de cajero, son varios los edificios medievales conservados con elementos tecnico-decorativos (archivoltas, architrabes, revestimientos murarios) referibles al menos al siglo XIII.
En la plaza principal del castillo se asoman el renacentista Palazzo Pretorio, hoy en gran parte reconstruído después de los daños causados en el curso de la última guerra mundial, ornado por un fresco del Quatrocientos, aún visible; la cisterna pública, reconstruída en 1867, y la gótica Iglesia del castillo dedicada a Santa Maria de la Nieve.

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